miércoles, 18 de noviembre de 2009

Violencia en todo el mundo.

Su tío empezó a violarla cuando tenía seis años. Su abuelo la ataba a un árbol, le pegaba y le daba tierra para comer. Su madrastra la encerraba durante días sin comida en una habitación y, a veces, le forzaba a comer excrementos. Estos son algunos de los estadios del terror que han marcado la vida de Walla, una mujer palestina de 18 años, que encontró la libertad al entrar en el único centro de acogida para mujeres maltratadas que existe en los territorios palestinos.
Mehwar está a las afueras de Belén y su arquitectura recuerda a la de una cárcel moderna, con muros imponentes, verjas de hierro y una garita de seguridad a la entrada. “Aquí llegan solo los casos más extremos, mujeres que han sufrido abusos durante 10 o 20 años”, explica Naji Ibrahim, directora del centro Mehwar, dependiente de la Autoridad Nacional Palestina. “Llegan rotas y asustadas, con la autoestima bajo cero. Nuestra misión es hacer que se sientan seguras y en casa. Muchas reciben asistencia psicológica y con el tiempo se ponen a estudiar o a trabajar porqueindependientes, para su reintegración, necesitan ser ”, prosigue la directora. Desde su puesta en marcha en marzo del año pasado, 79 mujeres, 19 de ellas con niños, han buscado refugio en el centro.
Es muy importante tener en cuanta que existen estos centros, donde las mujeres pueden protegerse ante la discriminación que sufren día a día y ser tratadas como se merecen. Estos tema no debe dejarse de lado ya que atenta contra los derechos de la mujer.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

(L

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